Contando sueños.

Hoy soñaba y me daba cuenta de ello. Caminaba en un sueño consciente de que lo hacía.

Nadie sabe exactamente porque soñamos. Yo tampoco, pero me gusta pensar que lo hacemos para escapar de la realidad. De esa realidad que para algunos es peor que una pesadilla. Y para otros es como un sueño.

Ahora imagina que sueñas y tú eres el que decide si quieres seguir haciéndolo. Imagina que cada paso que das en tu sueño sea porque quieres darlo. Que el sueño continúa porque tú quieres que así sea. Imagina que eres el dueño de tus noches. Imagina que al dormir te conviertes en lo que quieres ser, y que tu vida es como quieres que sea. Imagina que todo lo que ocurre en ese sueño no se acaba hasta que tú no quieras.

Cada noche que has soñado has entrado en un mundo irreal, en un mundo que no existía. Un mundo puede que lleno de tonterías, de absurdos. Puede que lleno de verdades o franqueza. Lleno de utopías. De quimeras, ilusiones, fantasías. ¿Un sueño repleto de sueños? Por qué no.

Ahora bien… Si pudieras… ¿te quedarías con ese sueño? ¿Vivirías en ese mundo?



¿Yo? Yo esta noche soñé que volaba, que surcaba un cielo de color violeta, sobrevolando un mar naranja. Y como no quería caerme al mar seguí soñando. Y no me caí. Desperté cuando llegué a tierra. Y hoy voy a volver a volar ese cielo, a sobrevolar ese mar.

Si pudiese elegir, yo jamás despertaría.



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EJEM.



Escribo esto porque me he cansado de no hacer lo que se supone que debía en este sitio. He borrado entradas que no eran nada, y he dejado la primera. Para que me recuerde que nunca acabo nada. Pero esta vez sí, voy a acabar con este blog. Voy a hacer que Sherlock Holmes se sienta orgulloso.

Voy a soñar un rato más, porque me da la gana. ^^